«Al sur de las altas cumbres de Sierra Mágina el paisaje se suaviza en montes cubiertos de quejigos y encinas que, hacia los valles, dan paso al olivar. Desde el centro de visitantes de Mata Bejid, bajo la silueta imponente de los picos que superan los dos mil y rivalizan por tocar las nubes, Almadén, Peña de Jaén, Cerro Cárceles… emprendemos la subida, en suave ascenso, hasta el cortafuegos que nos lleva a la caseta del Mojón de la Aliaga. Arriba: el viento de la cumbre, las vistas, el silencio…

Volvemos por el bosque, con la alegría que pone en el alma la canción de las montañas. En la vaguada se nos cruza un rebaño de ovejas que pace a careo en la mañana sosegada; nos despiden las encinas de Gibralberca, el rumor de la brisa en sus ramas centenarias, un trinar de pajarillos, el murmullo del agua de la fuente que corre en los tornajos. Y el retorno se convierte en un salmo de alabanza.»

Redacción: Carmen Cano

 

 

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